Algunas batallas habrán visto estas tierras de Valdepusa, pues guerras y enfrentamientos en lo que hoy se llama España no han faltado.
El castillo de Santiesteban

En la finca de El Castillo, junto al rio Pusa, exiesten las ruinas del llamado en otros tiempos Castillo de Santiesteban, conocido por los del lugar como Los Panderones.
Desgraciadamente estas ruinas forman parte de la lista roja de Patrimonio de la Fundación Hispania Nostra, con peligro de desaparición, pues en el olvido sobre su estudio e investigación lleva desde siempre por parte de las Admistraciones.
El castillo se debió construir hacia el siglo XII con un carácter únicamente defensivo, tanto por su ubicación, sobre un altozano, como por su disposición a la defensa, pues desde el mismo se divisan los valles del Pusa y del arroyo Macarro.
Su planta es rectangular, aunque bastante irregular, todavía quedan los resto de la antigua torre del homenaje con una altura aproximadamente de unos 8 metros, siendo este punto, casi con toda probabilidad el antiguo acceso al recinto.

Para su construcción se utilizaron cantos rodados del rio, mortero de cal y arena y algunas trazas de ladrillo, material utilizado en otros restos de construcciones de la zona, como Mozárabes o el Conventillo.
El castillos además de hacer de barrera defensiva de los árabes con la frontera cristiana, también serviría de guarda para el pequeño núcleo de población de Santiesteban de Pusa, el cual estaba situado frente al castillo al otro margen del río.

La batalla almorávide
El 23 de Julio de 2017 se cumplieron 900 años de la batalla que tuvo lugar el año 1117 en este castillo. En esa época la fortaleza estana custodiada por cristianos, que hiceron frente al ataque de los árabes, en este caso almorávides.
Los almorávides eran una tribu de bereberes originaria del Sahara que practicaba la mas rigurosa ortodoxia islámica, habían llegado a la península en 1086, llamados por las taifas andalusís, como mercenarios, para guerrear contra Alfonso VI, dada la presión económica que éste ejercía sobre ellas.

En la época de nuestra batalla, en 1117, era reina de Castilla y León, Urraca I, hija de Alfonso VI, en ese años estaba enzarzada en solucionar sus problemas en Galicia, donde una revuelta en Santiago la dejaron literalmente en cueros delante del populacho. Ante esa debilidad los almorávides, al mando de Ali B. Yusuf Tasufin, se propuso conquistar Toledo, pues aunque en 1108 había vencido a los cristianos en Ucles, y había tomado Huete y Ocaña, con Toledo no pudo. Talavera cayo en manos musulmanas en 1109.
Por entonces Santiesteban sería probablemente uno de los baluartes de los toledanos más al oeste, por lo que las tropas árabes llegarían probablemente del suroeste, es decir de lo que hoy es Santa Ana.
Dura debió ser la batalla, tanto por lo escarpado del terreno como por las condiciones para la lucha en pleno mes de julio.
Se entiende que fue ganada por los toledanos, pues los almorávides no llegaron a conquistar Toledo, que junto con la perdida Zaragoza, un año después, comenzó el declive de éstos mercenarios yihadistas en la península.
Hasta en la reconquista estas tierras de Valdepusa han contribuido a aportar un granito de arena a la historia de España. Han pasado nueve siglos y parte de los muros de Santiesteban siguen en pie.