El 26 de mayo de 2017 se cumplieron 660 años de la firma en Toledo por parte del rey Don Pedro I de la concesión del Privilegio que a Don Diego Gómez de Toledo sobre el territorio de Valdepusa.

Ese Privilegio fue el inicio del devenir histórico de nuestros pueblos y del territorio de Valdepusa, pues hasta entonces pertenecía a la llamada Tierra de Talavera, que era tierra de realengo, es decir el señor era el rey.
Con el Privilegio, Don Diego se convierte en el primer Señor de Valdepusa con multitud de derechos sobre el territorio y sus gentes, por encima incluso del propio rey. Y esto sería así durante más de 5 siglos, hasta la instauración del régimen liberal a principios de el siglo XIX.
La concesión del Privilegio le fue otorgado por el rey como una recompensa de guerra, pues nuestro señor Don Diego lucho junto al rey castellano en la llamada “guerra de los Pedros” entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, sobresaliendo en la toma de Tarazona.
También, y así lo dice el Privilegio, por ser nieto de Doña Teresa Vázquez, quién fue aya del rey y los servicios que éste realizó al padre de Pedro I el rey Alfonso XI.

Posiblemente le entregó este territorio debido a que el abuelo de Don Diego Gómez, Fernan Gómez ya era señor de Malpica desde 1307 y de esta forma se unió Malpica a Valdepusa, para realizar una labor de repoblación hacia el sur en una zona bastante despoblada. Es decir, desde Malpica y Bernuy hasta los Montes de Toledo.
Don Pedro I, también concedió el cargo de Alcalde Mayor de Toledo a Don Diego Gómez.
Lo que no sabía Don Diego en 1357 es que pocos años después iba a estar emparentado con el rey , pues en 1366 después de conquistar el castillo de Teruel, ambos vuelven a Toledo y allí el rey conoce a la hija del ya Señor de Valdepusa, Teresa, de tan sólo 13 años de edad a la que deja embarazada. De dicho embarazo nacerá una niña, hija bastarda del rey, en aquella época a los bastardos solo les quedaba guerrear si eran varones o la vida monástica en el caso de las mujeres.
Así madre e hija, Teresa de Ayala y María de Ayala, entraron en el monasterio dominico de Santo Domingo el Real de Toledo, donde desde su condición de “amiga” e hija de rey recibió numerosos privilegios convirtiéndose en unos de los conventos más importantes e influyentes de la ciudad.
Ambas llegaron a ser prioras de convento y desde ese estatus intercedieron, en años posteriores, con reyes y reinas en importantes asuntos de Estado.
Y así quedo Valdepusa segregado en lo territorial y lo jurisdiccional de las tierras de Talavera y del rey, pero quedo unido en lo carnal, con el mismo rey que concedió un Privilegio y se llevó una doncella.
Nota: El Privilegio otorgado por el Rey Don Pedro sobre Valdepusa se conserva en la Biblioteca Nacional.