Santa Teresa de Jesús por tierras de Valdepusa.


Si ha existido una mujer con influencia en la Iglesia, esa ha sido Santa Teresa de Jesús, doctora, reformista y fundadora de la orden de El Carmelo, escritora de varios libros, que van desde las penurias pasada en la fundación de los conventos de Carmelitas Descalzas, en Las Fundaciones, hasta una guía del proceso místico y de oración dirigida a sus hermanas en Las Moradas. De su obra poetica nos dejó más de treinta poesías que forman parte importante en la literatura del Renacimiento español.

Su peregrinación a Guadalupe.

Mucho antes de todo ello, cuando la Santa era una desconocida monja que llevaba trece años en el convento de la Encarnación de Ávila, Teresa de Ahumada y Cepeda realizó una peregrinación al monasterio de Guadalupe, en aquella época Guadalupe era el centro de las peregrinaciones marianas de la península, según sus biógrafos para pedir por sus hermanos que marcharon a Nueva España (América), pues tenía nada menos que diez y para buscar fuerza espiritual en el monasterio extremeño.

Monasterio de Gudalupe. Grabado de Juan Guas.


Esto debió ocurrir sobre agosto de 1548, Teresa tenía entonces 33 años, en su pelegrinar a Guadalupe iba acompañada de su hermana Juana y algunos familiares. Según cuentan las crónicas, en su camino de ida hacia el monsterio, llegó a Talavera habiendo bajado por el Puerto de El Pico y para encaminarse hacia Guadalupe lo hizo dirección Espinoso, no siguiendo el Camino Real a la población extremeña.

A la vuelta de regreso a Avila, la Santa quiso visitar a sus familiares toledanos residentes en La Puebla de Montalbán y Torrijos, pues no podemos olvidar que su abuelo era un judío converso de Toledo, llamado Juan de Toledo o también Juan Sánchez, por ello dispuso su vuelta para visitar a su primo Diego de Cepeda en la Puebla de Montalbán optó por el camino más corto y también el mas seguro, alejado de los Montes de Toledo. Así es como la andariega reformista se adentró en las tierras de Valdepusa.

Su visita a la Puebla de Montalbán fué contada por María Ocampo biografa y hermana de la Orden en 1562:

“Siendo (yo) de edad de cinco o seis años, estando en la Puebla de Montalbán, donde me criaba, en casa de un tío mío, acertó a pasar nuestra Santa Madre por allí, que venía de una romería de Nuestra Señora de Guadalupe y posó en casa que era su primo”

A María Ocampo se le atribuye el apoyo económico que tuvo Santa Teresa para crear el Carmelo, pues puso su heredad a disposición de la Santa.

Por lo que pasado los años, aquella visita de Santa Teresa a Guadalupe parece que fue crucial para la reforma del Carmelo en 1562.

Un camino de Guadalupe importante en su epoca.

El camino que siguió Santa Teresa de regreso a Ávila pasando por Valdepusa era ya un camino conocido en los libros de caminería del siglo XVI, pues era el camino mas corto y cómodo que unía y une el Camino Real de Gudalupe con el Camino Eclesiástico o de Los Montes. Hacia 1517, Hernando Colón, hijo natural del descubridor de América, en su trabajo itinerario o Cosmografía de España le describía así:

De Mesegar hasta Malpica hay media legua grande y junto a Malpica pasamos el Tajo en barca que corre a la mano derecha y hasta San Martín de Valdepusa hay tres leguas y si van por Malpica media legua y hasta Espinoso hay cinco leguas y van por Malpica y San Martín de Valdepusa dos leguas y media…

Hernando Colón.


Lo que demuestra que no era un camino secundario, si no utilizado par unir la zona norte del Tajo con los Montes de Toledo y las sierras de Guadalupe, por ello la comitiva de la Santa decidió recorrer este camino de regreso hacia Avila con parada en La Puebla de Montalban.

Desde Gudalupe pasaron por Alía y de allí hasta Puerto de San Vicente llegó Teresa de Jesús a Espinoso del Rey, donde pernoctó. La siguiente etapa debió ser hasta San Martín de Valdepusa, una etapa de 26 kilómetros por la que fue pasando por Torrecilla de la Jara, Retamoso y Santa Ana de la Bienvenida, que por aquel entonces sería una incipiente aldea, pues solo habían pasado 26 años desde su fundación, por la distancia entre Espinoso y La Puebla de Montalbán se entiende que el sitio mas intermedio y a su vez importante de la zona era la villa de San Martín de Valdepusa, donde debió pernoctar.

De su paso por San Martín solo existe una referencia bibliografica a cargo del carmelita descalzo Fray Efrén de la Madre de Dios en su Obras Completas de Santa Teresa de Jesús.

Espinoso – San Martín de Valdepusa
( Mapa y relieve de la etapa)

Tras pernoctar y recuperar fuerzas en San Martín, Teresa y sus acompañantes, seguirían el camino, conocido como de El Carpio, hasta toparse con el cordel del Puente de La Puebla, el cual les llevaría hasta la citada villa.

Esta era una etapa relativamente cómoda, prácticamente llana y con pocos obstáculos orograficos, esceptuando la bajada al río Cedena.

San Martín de Valdepusa – La Puebla de Montalbán
(Mapa y relieve de la etapa)

Su estancia en San Martín de Valdepusa.

En la memoria colectiva de las gentes San Martín de Valdepusa quedó la presencia de esta monja en el municipio, tal vez porque comitivas tan amplias no llegaban todos los días y porque posteriormente la Santa visitó y vivió en Toledo varias veces y donde tuvo una estrecha relación con la nobleza toledana y seguro que en más de una ocasión recordaría su peregrinación a Guadalupe. Hay que destacar que cuando Santa Teresa visita San Martín el señor de Valdepusa era Don Francisco de Ribera, no existía aun el marquesado de Malpica, pero si era un noble muy importante en Toledo donde tenía un imponente palacio y que ese año de 1548 había cedido a los vecinos de San Martín 400 fanegas de tierra en la Matalobos y 150 en los Jarales Altos para que las labraran con la carga tributaria del dozavo.


Pero, ¿dónde se alojó Teresa de Jesús en San Martín?. Ha quedado en la memoria del pueblo las casas donde se alojó, las que están al lado derecho de la iglesia al comienzo de la calle Pozo Nuevo. Si bien lo cierto es que no se sabe y aunque podría ser en esa ubicación, no es probable que fuera en las actuales casas, toda vez que su construcción es posterior a 1548. Hay que tener en cuenta que cuando la Santa visitó Valdepusa la actual iglesia de San Martín no existía, pues su construcción es de 1581, en el mismo lugar existía otra, con toda probabilidad más humilde que fue destruida por un incendio.

La ubicación del hospital estaría próximo a la actual iglesia.

Si existía en aquella época un hospital para pobres fundado sobre 1524 sobre unas casas del maestre escuela de la catedral de Toledo, Don Francisco Álvarez de Toledo y Zapata, que tras se encarcelado en Valladolid por su participación en la revuelta Comunera, antes de su muerte en 1523 testó para que sus casas, próximas a la iglesia, se convirtieran en hospital para pobres, dotándolas de cuantía económica para ello, que debían administrar el alcalde mayor y el cura párroco. Allí es donde probablemente Santa Teresa, su hermana Juana y otros que la acompañaban pasarían la noche de primeros de septiembre de 1548.

La Inquisición y la familia de Santa Teresa

Llevar el sambenito…


Como se dice popularmente la vida es un pañuelo y quizás lo que desconocía la Santa cuando visitó las tierras de Valdepusa es que un señor de Valdepusa, Don Vasco de Ribera, fue primer inquisidor de Toledo y en uno de sus primeros juicios, el 22 junio de 1485, juzgó a su abuelo paterno Juan Sánchez, también llamado Juan de Toledo, por “haber fecho e cometido muchos e graves crímenes e delitos de herejía e apostasía contra nuestra Santa Fe católica», el Señor de Valdepusa le condenó a llevar el sanbenito y a realizar el recorrido por varias iglesias toledanas durante siete viernes.

Este fue uno de los motivos por los que la familia paterna de Santa Teresa decidió dejar Toledo, camino de Avila, pues en la Ciudad Imperial siempre llevarían el “sanbenito” de judeizantes y de paso cambiar el apellido Sánchez por Cepeda, el de su bisabuela paterna.
Años más tarde ni la propia Santa se libraría de acudir un tribunal de la Inquisición, esta vez ante el de Sevilla.

Una mujer valiente.

Teresa de Ahumada y Cepeda, fue el ejemplo de una mujer valiente, que se abrió paso en un mundo de hombres, a veces incomprendida y otras admirada, tuvo la suficiente inteligencia para aprovechar sus relaciones con la nobleza hacia los intereses de su orden de El Carmelo y mostró, en sus escritos, con un lenguaje de la calle su fe e incluso su pasión amorosa con Dios, algo nada común en su época.

Firma de Teresa de Jesús

La recuperación del Camino Teresiano a Guadalupe.


De su viaje por Valdepusa, bien estaría recuperar ese camino a Guadalupe que realizó de vuelta Santa Teresa, que seguramente fue transitado por otros muchos peregrinos, pues es el camino que une el Camino Real a Gudalupe que parte de Madrid con el Camino Eclesiástico o de los Montes que parte de Toledo. Todo se andará.

Fuentes:
Fernández Delgado, J.J. Espacios teresianos en Toledo. 
Vaquero Serrano, Cármen. El Toledo de Garcilaso.
De la Madre de Dios, Efren. Obras Bibliograficas Completas Santa Teresa de Jesús
Vasco Ramírez de Ribera. Biografías RAH.

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