Historias de una guerra.

La tragedia de la guerra.

Aún hoy nos es difícil hablar de la Guerra Civil, posiblemente porque a todos nos la han contado de una forma diferente y porque después de tanto tiempo aún parece cercana. En lo que estaríamos de acuerdo es que fue un gran error, que no se pudo o supo solucionar desde la politica y que causó casi un millón de muertos, además de daño y dolor en todas las familias. La guerra dio paso de a una generación, la de nuestros padres, con un duro futuro por delante.

San Martín de Pusa, como los otros pueblos de Valdepusa, no fue ajeno a esa cruenta guerra. Vamos a contar dos historias de las millones de historias que hubo, ambas se desarrollan en nuestros pueblos.

El grupo de información Machuca.

A comienzos de la guerra el gobierno de Largo Caballero crea unos grupos de guerrillas para sabotear y pasar información desde los puntos estratégicos en los territorios ocupados por el bando nacional.

Así se crea el Grupo Machuca que actuará en el sub -sector Tajo Sur. Este sector tuvo su base en San Martín de Pusa, pues así se desprende de la comunicaciones enviadas desde San Martín, en un parte de operaciones realizadas en la zona en octubre de 1936.
El grupo estaba formado por Manuel Machuca de las Heras, once individuos más y dos chóferes.

Manuel Machuca, antes de la guerra, era maestro en Talavera de la Reina. Por encargo del Ministro de Instrucción Pública, Fernando de los Ríos, organizó el grupo escolar “El Bloque”, donde se impartía una enseñanza de tipo “moderno” pues se contaba con laboratorio de biología, se practicaban aulas en contacto con la naturaleza, etc.

En diciembre de 1936 el Grupo Machuca tras actuar de noche y cruzas varias veces el Tajo pasa información sobre los dos aeródromos de Talavera, que se encontraba en zona nacional; el de Prado del Arca ya existente antes de la guerra que era base de cazas nacionales e italianos y el de Balonsadero, entre Velada y Calera, de nueva creación y desde donde partían los bombarderos alemanes Junkers S 52 para atacar Madrid.

Con esta información se organizó la “Columna Volante Móvil nº 1 formada por fuerzas procedentes de Madrid y de los sectores próximos que mandaban el Teniente Coronel Ricardo Burillo y el Capitán Manuel Uríbarri . Esta columna era dirigida por el Comandante Ripoll, experto artillero que era el jefe de toda la artillería de Burillo, y se componía básicamente de artillería e infantería de apoyo, además de una sección de transmisiones. Se dispusieron a atacar con artillería y el apoyo de infantería, pero está choco con las trincheras de los puentes y el ataque se vio frustrado por la rápida respuesta de la aviación nacional que destrozó la artillería además de causar numerosas bajas en el bando republicano.

Los Junkers S 52 bombardearon San Martín

La columna se replegó y dos días más tarde llegó a San Martín de Pusa. No les dio tiempo ni a descansar, pues de forma inmediata fueron bombardeados por la aviación nacional en las proximidades del pueblo.

Marcelino Camacho en su obra «Confieso que he luchado”, cuenta que los pilotos en San Martín tiraban a los republicanos picos para que se enterraran, en respuesta al ataque a Talavera. El que luego fuera Secretario General de CCOO pasó parte de la guerra entre Los Navalmorales y San Martín.

Lo peor de los bombardeos fue que se cobraron dos víctimas civiles; dos niñas hijas de Benito Gómez y Raimunda Talavera, que fueron alcanzadas por una bomba cuando marchaba a regurdarse de las bombas, como otros muchos paisanos a la zona de riscos de Navacorchos, primas hermanas de mi padre. La madre de las niñas jamás superó su pérdida.

La finalización de la guerra.

EL 6 de marzo de 1939 con la Guerra ya casi perdida el Coronel Casado, apoyado por todos los partidos republicanos, excepto el comunista, da un golpe de Estado al Gobierno Negrín. La mayoría de los partidos eran partidarios de una rendición mediante un acuerdo con Franco, mientras que Negrín quería seguir combatiendo con la esperanza que con la invasión nazi de Checoslovaquia el conflicto se internacionalizara.

Esto llevó a conflictos entre los republicanos y que en algunos casos detuvieran unos a otros. Así los partidarios de Casado detuvieron a Marcelino Camacho y lo encerraron en el calabozo de Los Navalmorales, posteriormente fue trasladado a Navahermosa. Esta detención y encarcelamiento lo cuenta en su libro «Marcelino y Josefina».

Marcelino Camacho, Josefina y su hija

Unas semanas más tarde y tras los avances de las tropas nacionales eran miles los prisioneros republicanos que se iban recogiendo, tal es así que tuvieron que abrir campos de concentración. Uno de ellos en San Martín de Pusa, situado en los olivares próximos al actual cementerio municipal.
Estos campos no eran de trabajos, si no más bien eran unos campos de tránsito e identificación, allí a los prisioneros se les identificaban les tomaban declaración y dependiendo de la información que recibían de sus lugares de origen, si tenían delitos de sangre o no,, les dejaban libres o les enviaban a juicio, generalmente a Navahermosa o Toledo.

El campo de San Martín caía sobre el mando de la 107 División, siendo a fecha 13 de Abril de 1939 el segundo con más prisioneros 4.536 de la provincia, doblaba la población del pueblo.

El campo debió estar como máximo año y medio, por el pasaron cientos de republicanos, en internet hay bastantes apuntes sobre prisioneros que pasaron por el campo de concentración de San Martín, algunos hasta de pueblos limítrofes como Santa Ana.

Se dice que en él estuvo el ya nombrado Marcelino Camacho, aunque no lo he podido constatar, lo cierto es que por sus testimonios si estuvo por la zona gran parte de la guerra.

Sirva de pequeño homenaje a todos los que sufrieron la guerra, pues al fin y al cabo todos eran españoles.

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