Seiscientos años del paso del rey Juan II de Castilla por Malpica y Valdepusa.

Este año 2020 se cumplirán seiscientos años del paso de Juan II de Castilla por tierras de Malpica y Valdepusa. Un acontecimiento que forma parte de la historia de Castilla y donde los señores de Malpica y Valdepusa dieron muestras de su lealtad al rey huido se su secuestro.


Juan II de Castilla.


Juan nació en 1406 en Toro (Zamora), al año del nacimiento falleció su padre el rey Enrique III de Castilla, por lo que el reino permaneció en regencia compartida entre su madre, Catalina de Lancaster y Fernando de Antequera, infante aragonés con grandes propiedades en Castilla. En 1412 Fernando dejó de ser regente, pues fue nombrado Rey de Aragón en el Compromiso de Caspe.

Así Castilla pasó a ser gobernada por Catalina, la madre de Juan y cuatro “consejeros”; el obispo Juan de Sigüenza, el obispo Pablo de Santamaría de Cartagena, Enrique Manuel de Villena, conde de Montealegre de Campos y Per Afán de Ribera, Adelantado Mayor se Andalucia, Señor consorte de Valdepusa y Malpica.

Sepulcro de Per Afán de Ribera, Señor de Malpica y Valdepusa en la Cartuja de Sevilla


El Golpe de Tordesillas


Tras la muerte de la reina madre, Catalina de Lancaster en 1418 , los infantes de Aragón, hijos del que había sido regente Fernando de Antequera, se afanaban por dominar al pequeño rey.
El 14 de julio de 1420 el infante Enrique de Aragón se apoderó del rey en Tordesillas, destituyó a los nobles y obligaron al rey a autorizar la boda del infante Juan de Aragón y la hermana del rey la infanta Catalina, y convocaron Cortes para que se celebrara la boda entre la infanta María de Aragón de 17 años con el rey Juan II de 14, la boda se celebró en Avila, camino de Talavera el 8 de noviembre.


Talavera y la huida.


Juan II puso de forma obligada por el infante Enrique la corte en Talavera, no dejaba de ser un rey secuestrado, aunque el joven rey en el camino de Avila a Talavera intentó preparar una huida, Don Alvaro de Luna le convidó a un plan mejor preparado y con mayor prudencia, el cual se llevaría a cabo en Talavera.
Y así el 29 de noviembre de 1420, muy a primera hora de la mañana, prácticamente de noche y después de oír misa comunicó a la reina (llevaban casados 20 días) y al infante Enrique la intención de salir de caza. Era parte del plan, toda vez que salir casi a diario se caza relajaba a la guardia que había puesto el infante sobre el rey. Sin embargo esta vez, en vez de partir de caza, el rey, Don Alvaro de Luna y otros caballeros partieron hacia el puente que cruzaba el Alberche, que en aquella epoca era de madera y se dirigieron camino del Castillo de Villalba propiedad de uno de los caballeros que le acompañaba, Don Diego López de Ayala.

En este camino hacia Villaba el Conde Don Fabrique, que se había encontrado con un seguidor del infante, Don Fernando Manuel, le dijo que iban de caza, por lo que éste prosiguió su camino hasta Talavera. Al llegar a Talavera ya sospechaban de la huida del rey y se dispusieron a salir en su búsqueda. En su persecución, el infante Enrique al llegar al Alberche, mandó a los caballeros y unos quinientos hombres de armas continuar hasta Toledo para tomar la ciudad, pues pensaban que el rey se dirigiría allí. Mientras el infante Enrique regresaba a Talavera.

Castillo de Villalba (Cebolla)


Villalba, Malpica y Montalbán.


Al llegar el rey y sus acompañantes al Castillo de Villalba, vieron que no era tan seguro como se le habían descrito, por lo que procedieron a cruzar el Tajo en la barca existente próxima a Malpica. En esa época el Tajo traía una gran crecida, pues según los cronistas había sido el año más lluvioso de los últimos cincuenta.

Castillo de Malpica


El paso del Tajo le describe así el cronista de Don Juan II, Don Fernando Pérez de Guzmán:


“… y salió el rey de la barca y fue a pie hasta un castillo que está ende cerca de la ribera y que llaman Malpica, que era del adelantado Pera Afán de Ribera, y esperó allí hasta que pasasen los otros que habían quedado al rio y del castillo salieron seis a caballo e vinieron para el rey, y el rey les mandó que diesen los caballos a los que con el iban y el rey mandó a Diego López de Ayala y a Pero Carrillo de Huete, ir delante al castillo de Montalván…”

Cronica del Rey Don Juan II.


Pero, ¿porqué cruzaron el Tajo, arriesgándose por la crecida, pudiendo continuar hasta la Puebla y de allí a Montalbán? Primeramente por que los Ribera era fieles a la causa de Don Juan II, y le dieron apoyo logístico tanto con la barca como de avituallamiento de caballos y en segundo lugar elegir un camino menos transitados y más desconocido para sus perseguidores.
Así nos describían el cronista Pérez de Guzmán el camino de Malpica a Montalbán; “era un camino asaz aspero” y en La Crónica del Halconero del Rey Don Juan, le describen de esta otra forma; “… y apareció el Rey por un xaral bien espeso.”

A primeras horas del día de San Andrés, 30 de noviembre llegó el rey a Montalbán, entró en el castillo e hizo un bando a todas las aldeas cercanas para que les facilitaran víveres, posiblemente acudirían gentes de Valdepusa en ayuda del rey, pues hay constancia que Per Afán de Ribera si fue a prestarle su apoyo.

Fue tanta la necesidad de los refugiados en Montalbán, que cuenta la historia que un pastor de la zona de presentó a las puertas del castillo para entregar una perdiz al rey, lo que causó gran alboroto y el rey le recompensó.

Castillo de Montalbán (San Martín de Montalbán)

Fuentes: S. GONZÁLEZ SÁNCHEZ. Un «golpe de estado» y sus consecuencias: el gobierno del infante Enrique en Castilla (julio-diciembre 1420)

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