Una zona de gan diversidad botánica
Si existe un lugar con una gran diversidad botánica esas son Las Viñas esta zona comprendida en parte de los términos municipales de San Martín de Pusa y Los Navalmorales. Un terreno montuoso y granítico donde pasadas generaciones, con gran trabajo y constancia, fueron moldeando hasta convertirse en lo que hoy es.

En Las Viñas el comienzo de la primavera deleita los sentidos; desde el olor que impregna el espino o los frutales en flor, a la multitud de plantas que empiezan a despertar por doquier o el sonido de las aves que se van emparejando.
Una de las mejores vistas para divisar Las Viñas, tanto las de San Martín como las de Los Navalmorales, es La Cuesta de la Cabeza, desde allí se pueden apreciar los dos valles que forman el arroyo de Navalmoral y el de la Fuente Santa y al fondo las primeras estribaciones de los Montes de Toledo.
En las tierras cultivables, los olivares ocupan el lugar que en su día se ganó al monte, y entre olivos y olivos aparecen las paredes de piedra que forman terrazas y linderos, así como los conjuntos de riscos que aquí son llamados riscales, como el de La Muda, el del Tío Coriana, Canterón o la Peña el Cuervo, etc., o magestuosos riscos con formaciones que sorprenden al paseante, como el risco Airoso, el de Las Piedras, Sombrerero o del Lobo.

También sus veredas y callejas, hoy convertidos muchos en caminos, invitan pasear por este entorno disfrutando de su vistosidad, ejemplo de ello son el de La Mina, Las Callejas o del Hoyón.

El trabajo de las pasadas generaciones lo hicieron posible
Pero pasear por Las Viñas con cierta curiosidad descubriremos, pozos, antiguas norias, alguna que otra fuente o pequeños refugios, covachuelas o restos de los chozos que aprovechando las oquedades de los riscos servían a nuestros paisanos para guarecerse de las inclemencias del tiempo o para guardar sus pocas herramientas de trabajo.

Es en Las Viñas donde mejor se aprecia la influencia en esta zona de tierras vetonas o leonesas, sus paredes de piedra tienen más semejanza con zonas de Cáceres, Salamanca, Avila o Zamora que con la provincia de Toledo.
Aún hoy se puede apreciar la arquitectura de Las Viñas, sobre todo en las denominadas casillas, que siguen tiñendo con su color la presencia humana en Las Viñas.
Antiguamente la casilla era una única habitación con chimenea y pollo para la siesta, algunas más grande disponían de un apartado para el burro. Eran construcciones sencillas y humildes que servían de para guardar las pocas herramientas o enseres y de refugio ante las inclemencias del tiempo.

Pero posiblemente sea la botánica la que nos deje deslumbrados por su esplendor en primavera, la gran variedad de almendros, albaricoques, en otros tiempos muchos más abundantes, las hojas en las higueras, silvestres o plantadas, chumberas que nos recuerdan la sequedad que le espera en el periodo estival, las coscojas o carrascas, con diferentes tonalidades de verde, algunas encinas salteadas, los olivos plantados siglos pasados se unen los acebuches que nacen entre riscos y como no la cornicabra. En los arroyos el chopo común, las cañas y el fresno, cada vez más abundante, se abren paso entre zarzamoras, hiedras y parrales silvestres.

Cuando el campo se convierte en un vergel
Diferentes plantas complementan estos árboles y arbustos, esparraguera, retamas, juagarzos, aulagas, romero, tomillo, cantueso, malvasía, torvisca, la boca de dragón, las cañalejas, también aparecen cardillos y en los arroyos, cuando corrían, berros, o más hacia el verano las verdolagas empiezan a tomar las mejores tierras. Los riscos aparecen cubiertos de musgos y líquenes de diferentes colores.
Del mundo animal es mejor descubrirlo, pues la caza menor cada vez más escasa, ha ido dejando paso a la caza mayor, sin embargo ha sido tierra de jinetas, gatos monteses, zorros, diferentes tipos de culebras y hermosos lagartos y lagartijas como la colilarga y en los arroyos tritones y alguna que otra nutria. Dentro de los invertebrados existe gran variedad arácnidos.
Pero la visita a Las Viñas destacará por lo que se puede descubrir; la morfología que se puede observar en la formacion de los diferentes riscos, alguna que otra era escondida, pues también se sembraban pequeños terrenos de cereal, piedras que asemejan dólmenes o los riscos de canteras que quedaron marcados sin partir.
Para finalizar, recomendar el paseo por la zona y admirar todo y más de lo aquí describo, y mantener la esperanza que, con el tiempo, esta parte del territorio tenga una cierta protección ambiental, pero eso se lo dejaremos a las diferentes administraciones.