Diez curiosidades históricas de los Señores de Malpica y Valdepusa.

En todas las familias hay alegrías, tristezas, hechos notables, gerbanzos negros, etc., la diferencia es que en la nobleza quedó por escrito, mientras que en el resto quedó olvidado por el tiempo.

La hija ilegítima del Rey Don Pedro I.

Escudo de los Ayala.

Los primeros señores de Valdepusa, D. Diego Gómez de Toledo y Inés de Ayala tuvieron una nieta de su hija Teresa de Ayala. Cuando Teresa era casi una niña, en una de las visitas del rey Pedro I a Toledo, estuvo alojado en las casas de San Antolín de su caballero Don Diego Gómez. En la memoria de la ciudad a esas casas las llamó el Palacio de Pedro I. De aquella estancia, Teresa quedó embarazada y nació una niña que fue llamada María, históricamente llamada María de Castilla o de Ayala. María fue abadesa del convento Santo Domingo el Real de Toledo e influyó políticamente en su tiempo, gracias a su amistad con la reina Catalina de Lancaster, esposa de Enrique II. El Rey Don Pedro le dio a Diego Gómez el señorío de Valdepusa y una nieta de estirpe real.

Fuente: Calviró Martínez, B. “Doña Inés de Ayala” Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.

Dos presidentes de EEUU, descendientes de los Señores de Malpica y Valdepusa

La gran prole del matrimonio de D. Diego Gómez de Toledo e Inés de Ayala dio para mucho. Su hija Sancha era dama de honor de Constanza, hija de Pedro I, que casó con Juan de Gantes hijo de Eduardo III de Inglaterra. Sancha acompañó a Constanza a las islas británicas en 1371 y se casó con Gauter Blont (Walter Bount), hombre de armas que falleció en la batalla de Shrewsbur, cuando estaba al lado de Enrique IV de Inglaterra como alabardero, al ser confundido con el rey. Años más tarde Shakespeare le menciona en su obra Henry IV, como ejemplo de lealtad al rey. Descendientes del matrimonio de Sancha y Sir Walter Bount, serían varios siglos después dos presidentes de los Estados Unidos William Henry Harrison, 9° presidente juró el cargo en 1841 y Benjamin Harrison, 23° presidente, nieto del anterior, que juró su cargo en 1889.

Fuentes: Fundación Casa Ducal de Medinaceli. Documento 1178 Reparto se bienes de Don Diego Gómez de Toledo. Archivo Santo Domingo el Real. Toledo.

Desterrados.

Enrique IV de Castilla

El siglo XV fue un siglo convulso en la ciudad se Toledo, principalmente por la rivalidad entre las principales familias nobles; los Silva, los Ayala, los Ribera, los Rivadeneira, etc, enfrentados también  con poder catedralicio, y pormotras partes estaban las disputas por el reino de Castilla en tiempos de Juan II entre hijos legítimos e ilegítimos.  El  III Señor de Valdepusa y Malpica, el mariscal Payo de Ribera, fue un fiel servidor durante muchos años del rey Enrique IV, quien le tenía por un buen caballero, además de aportar una mesnada de más de cien lanceros al servicio del rey. Sin embargo, como consecuencia de las luchas familiares, por el poder de Toledo,  Payo declinó su apoyo a Enrique IV y empezó a apoyar al infante Alfonso, hermanastro de Enrique IV y hermano de Isabel I. Cuando Enrique IV se disponía a entrar en Toledo, un criado de Payo de Ribera avisó a su señor, Payo dispuso que se tocaran las campanas de las parroquias y se echara el pueblo contra el rey Enrique IV. El rey se retiró de Toledo, pero poco tiempo más tarde, una vez pacificada la ciudad, el rey volvió a entrar y una de las primeras decisiones que tomó fue desterrar a aquellos nobles que no le habían guardado fidelidad, de los primeros fueron el mariscal Payo de Ribera y su hijo Per Afán de Ribera a los que también les destituyó de sus cargos municipales.

Fuentes: Rosell y López, C. “Crónica de los reyes de Castilla. Desde Alfonso el Sabio a pos católicos Don Fernando y Doña Isabel. Madrid. M. Rivadeneira. 1878.

El señor de Valdepusa; arcediano, obispo, inquisidor y el “erre que erre”

En el año 1485 los Reyes Católicos instaura el Tribunal de la Inquisición en Toledo, nombrando primer inquisidor a  Don Vasco Ramírez de Ribera, que había sido arcediano de Talavera, obispo de Coria y presidente del Consejo Real de los Reyes Católicos. Como inquisidor presidió el primer auto de fe celebrado en Toledo, y empezó a llamar a los judaizantes para su reconciliación, los cuales iban en procesiones hasta la catedral, al entrar por la puerta les hacían la señal de la cruz diciendo; “Recibe la señal de la cruz”. Como penitencia les hacían realizar un recorrido durante seis viernes disciplinándose en procesión por las parroquias de Toledo, donde oían misa y les predicaban. De ese trajín de ir de parroquia en parroquia, de rezo en rezo, quedo en la ciudad la frase hecha del “erre que erre” que aún hoy se utiliza.

Primer auto de fe en Toledo

Un día se presentó para reconciliarse ante los inquisidores Juan Sánchez de Toledo, un importante mercader, quien “confesó haber hecho e cometido muchos y graves crímenes y delitos de herejía y apostasía contra nuestra santa fe católica”. Su decración hubiera sido suficiente para haber acabado en la hoguera, si bien, Don Vasco le reconcilió con procesionar durante seis viernes por las parroquias de Toledo. Así Don Vasco salvó al abuelo paterno de Santa Teresa de Jesús, sin esa acción la Iglesia se hubiera quedado sin su Doctora.

Don Vasco se convirtió en Señor de Valdepusa en 1486, tras fallecer su hermano Per Afán de Ribera sin descendencia, su hermano Diego también había ya fallecido. Ostentó el título durante dos años, hasta su fallecimiento en 1488, durante ese tiempo confirmó el privilegio dado por su padre Payo, para que los moradores de El Pozuelo de Valdepusa pudieran ampliar sus términos.

Fuentes: Serís H. “Nueva Genealogía de Santa Teresa. Articulo Reseña”. Syracuse University. New York.

Señor y vasallo al servicio del rey.

Panteón de los reyes. El Escorial.

El 2 de Marzo de 1599 Felipe III concede el título de marqués de Malpica a Pedro Barroso de Ribera, señor de Malpica, Valdepusa y Parla, caballero de Santiago y mariscal de Castilla. Ese mismo año Felipe III concedía el título de duque de Lerma a Francisco de Sandoval y Rojas. Pronto se ganó la confianza del rey y se convirtió en su valido, entre 1599 y 1618 nada se movía en el reino sin pasar por el duque de Lerma. Para esa fiscalización se rodeó de personas de su confianza, elevó a funcionarios reales a sus criados, entre ellos a Tomás de Angulo de Adrada, hijo de Tomás de Angulo de San Martín de Valdepusa. Tomás ocupo varios puestos, Secretario Real, Secretario de Justicia, Secretario de Cámara y Estado de Castilla, Secretario de Obras y Bosques, Consejero de Hacienda y nuevamente Secretario Real. En la Corte compartió parte de su trabajo con el III Marqués de Malpica, Baltasar Barroso de Ribera, toda vez que fue nombrado en 1615 Consejero de Estado y en 1622 Superintendente de Obras y Bosques, como tal, coincidió con Tomás en la construcción del Panteón Real de El Escorial.

Fuentes: Martín González, J.J. «El panteón de El Escorial y la arquitectura barroca».

Pleito entre ilegítimos.

El VI Marqués de Malpica Don José de Pimentel y Zualart vivió toda su vida litigando en la defensa su legitimidad como hijo de Sebastián Pimentel y Dávila e Inés de Zualart, noble flamenca cuyo nombre flamenco era Agnés Zualart , no solo le persiguió durante su vida, sino que además es supuesta ilegitimidad sirvió para seguir reclamando de títulos hasta finales del siglo XVIII.

La presunta ilegitimidad se basaba en que sus padres no llegaron a casarse en Flandes, donde se conocieron, pues D. Sebastián Pimentel y Dávila era capitán milicias y por ello sus abuelos, marqueses de Malpica y de Povar habría “desterrado” a su madre y a él a vivir en el palacio de San Martín, alejados de la Corte.

El fundador del convento de Navalmoral de Pusa, como decíamos, se pasó gran parte de su vida de litigio en litigio, entre los que presentaba los pueblos y los de sus parientes, que reclamaba la tenuta de condados y marquesados. En la tenuta sobre el mayorazgo y estado de Luna iniciado en 1744 se tomaron declaraciones en Madrid, Puebla de Montalbán y San Martín de Pusa, por ellas pasaron entre otros Antonio de Espinosa, sobrino de Alonso de Espinosa, alcayde del castillo de Malpica, Juan de Espinosa, regidor de San Martín o Juan Arroyo administrador del mayorazgo de Malpica y Valdepusa.

Curioso es el pleito de tenuta por el marquesado de Mirabel y condado de Barantevilla, que disputó el VI Marqués de Malpica, Don José de Pimentel contra su primo Antonio Francisco de Pimentel, pues éste último defendía la ilegitimidad del matrimonio de los padres de marqués y por tanto Don José pasaría a ser hijo natural, cuando el propio Antonio Francisco era hijo natural del último poseedor del marquesado de Mirabel, Don Pedro de Zúñiga y Pimentel y la actriz italiana Margarita Tellia. Lo cierto es que el marqués de Malpica y sus sucesores ganaron gran parte de los pleitos basados en esa supuesta ilegitimidad, mientras que Antonio Francisco de Pimentel no llegó a heredar ningún título de su padre.

De fallecimientos y nacimientos

La presencia de los Señores y luego Marqueses de Malpica en el territorio de Valdepusa dependió de cada uno de ellos y del momento histórico que les tocó vivir.

Por ejemplo, la marquesa viuda de Malpica Doña Teresa Pacheco Téllez de Girón pasó una parte de la Guerra de la Independencia en el castillo de Malpica y posteriormente en el palacio de San Martín, por su propia protección y porque Napoleón le había confiscado los bienes del Estado.

Es decir, normalmente no utilizaron sus inmuebles para vivir permnentemente; ni en Malpica, ni en San Martín, exceptuando a el VI Marqués de Malpica Don José Francisco de Pimentel que sí vivió una temporada en el Palacio de San Martín y desde el mismo, mantuvo la correspondencia necesaria para la construcción del convento capuchino de Navalmoral de Pusa. De esa estancia nacieron en San Martín tres hijas del marqués; en 1729 María Josefa, en 1731 María Petronila y en 1732 María Sinforosa. Los únicos descendientes de Señores de Valdepusa nacidos en esta tierra.

Palacio de los marqueses de Malpica en San Martín de Pusa.

Sin embargo, algunos de los señores si buscaron pasar sus últimos días en tierras de Valdepusa y Malpica, como por ejemplo Payo de Ribera quien realizó su testamento en el castillo Malpica el tres de abril de 1470, falleciendo posteriormente el día ocho, o Doña Ines de Zualart, madre del VI Marqués de Malpica, que falleció en San Martín el 11 de octubre de 1695 y fue enterrada en un principio en la iglesia de la villa y más tarde trasladados sus restos al convento construido por su hijo.

Y el tio se casó con la sobrina.

Don Serafín de Pimentel Álvarez de Toledo, marqués de Mirabel era hijo del VI Marqués de Malpica, Don José Francisco de Pimentel y Zualart y hermano del VII Marqués de Malpica Don Joaquín Enrique Pimentel y Álvarez de Toledo. Nació en 1733 y cuando contaba sesenta años, en 1793 se casó con su sobrina Doña Ángela del Rosario Fernández de Córdoba y Pimentel, marquesa de Fuentes, de veintiocho años, pues había nacido en 1765, era hija de su hermana Petronila de Pimentel y Sarmiento, una de las hijas del marqués a las que nos habíamos referido, nacida en San Martín de Pusa.

Ducaso de Medina de Rioseco. Almirantes de Castilla.

El matrimonio no tuvo descendencia y el marqués de Mirabel y duque de Medina de Rioseco falleció en 1799. Durante la viudedad de María Ángela llevo la administración del importante ducado vallisoletano el IX Marqués de Malpica, Don Manuel Antonio Fernández de Córdoba, hasta 1802 cuando María Ángela contrae nuevamente matrimonio con José María de Noreña, quien reclamará al marqués las rentas del ducado de Medina de Rioseco de los dos años y pico de viudedad de su esposa.

María Angela, falleció en 1817 sin descendencia de ninguno de sus dos matrimonios, quedando por delante un pleito de tenuta por el ducado, siendo nombrado como administrador en 1836, durante la vigencia del pleito, un viejo conocido de la casa de Malpica y Valdepusa; Don Fermín Caballero.

Desconocemos el verdadero motivo de la unión entre tío y sobrina, lo cierto es que Don Serafín acaparaba un gran número de títulos, propiedades y mayorazgos, mientras que Doña Ángela y su familia habían contraído cuantiosas deudas como se deduce del testamento de su hermana, María Manuela, fallecida en 1799, quien dice que no había hecho otra cosa que pagar acreedores de sus padres.

Fuentes: Archivo Histórico de la Nobleza. Signatura: OSUNA,C.497,D.38-4. Ortego Agustín, M.A. Tesis Doctoral: «Familia y matrimonio en la España del siglo XVIII: Ordenamiento jurídico y siituación real de las mujeres através de la documentación notarial». UCM. 1999.

Mujeres al poder.

En la historia de Valdepusa hubo también mujeres que ejercieron la administración del Estado de Malpica y Valdepusa, veamos algunas de ellas:

Doña Inés de Ayala, primera Señora de Valdepusa, desde el fallecimiento de D. Diego Gómez de Toledo en 1375 tomó las riendas de la administración de los bienes de la familia durante más de veinte años, en ese tiempo siguió manteniendo el apoyo de los reyes Enrique II, Juan I y Juan II, no solo conservó los bienes, si no que incluso les incremento considerablemente, como ejemplo las concesiones reales de una alcaiceria en exclusiva para vender todos los paños de color de Toledo o un albalá de 6.000 mrs. anuales del señorío de Vizcaya o los 14.000 mrs. anuales de las tercias del arzobispado de Toledo. Falleció en 1403 en Santa María la Real de Nieva acompañando a la reina Catalina de Lancaster.

Parte de la documentación de nombramiento por la marquesa de Malpica 1806

Petronila de Alcántara y Pimentel VII marquesa de Malpica, hija de Joaquín Enrique Pimentel Álvarez de Toledo, gobernó el Estado de Malpica y Valdepusa desde 1792 a 1802. Fue duquesa consorte de Medinaceli e hizo grandes mejoras en Valdepusa, realizó los injertos de más de 450 piés de acebuche a olivo en La Solana y El Castillo, construyó la ermita de Casa de Vacas, puso en producción la madera de los fresnos de Pusa para la realización de aperos, etc. Don Fermín Caballero dijo de ella; «Quedó viuda Doña Petronila, y gobernó el Estado de un modo, que hizo ver la injusticia con que se niegan los talentos para ello a su sexo»

María del Carmen Pacheco y Téllez-Girón gobernó el Estado de Malpica y Valdepusa desde 1805 a 1812, desde que quedó viuda del VIII marqués de Malpica, Manuel Antonio Fernández de Cordoba hasta la mayoría de edad de su hijo Joaquín, pidió dispensa Fernando VII para poder nombrar como escribano de San Martín de Pusa a José Manzanero por ser éste menor de edad, y además durante la Guerra de la Independencia, le tocó vivir la confiscación del Estado por Napoleón. Falleció en 1828, por sucesión de su padre era la V duquesa de Arión, con ella entra el ducado de Arión en la casa de Malpica.

Un funeral entre jornaleros, pobres y huérfanas.

Doña Encarnación Álvarez de las Asturias Bohorque

Hubo una marquesa que fue aya y tutora de infantas y hasta de un rey de España, la madre de ese rey, reina también ella, de agrio carácter, antes de fallecer la marquesa y ver lo aflijidos que estaban sus hijos por la inminente pérdida, dijo al joven marqués: «Te ruego que pidas perdón á tu madre en mi nombre de cualquier disgusto que involuntariamente haya podido darla en el tiempo que con tanto amor ha dirigido la educación de mis hijos; dila que en estos momentos debe perdonarse todo, y que no me niegue el que la pido.»

Falleció la marquesa, y había dispuesto que su funeral fuera de lo más sencillo; amortajada con un hábito de religiosa, en una sencilla caja de madera, que se depositó sobre el suelo de la iglesia, si alabarderos, ni prácticamente acompañamiento de la nobleza, etc., pero de forma espontánea fueron juntandose a la puerta de la casa mortuoria, más de un centenar de jornaleros, pobre y huérfanas a los que aquella marquesa les había hecho algún bien. Hacía años que había creado las casas de la misericordia de Santa Isabel y San Ildefonso para recoger y dar enseñanza a niñas pobre mayores de nueve años y los asilos para pobres de San Francisco y San Alfonso. Dicen las crónicas que fue acompañada por los mas desfarorecidos hasta el cementerio de San Isidro de Madrid. La marquesa era Doña María Encarnación Álvarez de la Asturias-Bohorque Chacón, casada a los 16 años con el IX marqués de Malpica, dama de Isabel II, aya y tutora de Alfonso XII. Algunas de las instituciones que creó aun hoy siguen funcionado, como el colegio de Santa Isabel de Madrid.

Fuentes: Escenas Contemporáneas n° 1. 1863.

Hasta aquí parte de la intrahistoria de la nobleza de Valdepusa.

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