En 1676 la ermita de Nuestra Señora de la Bienvenida era el centro religioso mariano más importantes de Valdepusa y de muchos pueblos próximos al señorío, durante la celebración de su fiesta, el tercer domingo de Pascual, la romería congregaba en los alrededores de la ermita a gentes de pueblos de tierra de Talavera, como San Bartolomé, Pueblanueva, Retamoso, Navalucillos etc.
Por ello, la cofradía que en San Martín de Valdepusa existía de Nuestra Señora de la Bienvenida debía disponer de sobrada solvencia económica, a los ingresos de los cofrades, se unían los obtenidos en la romería anual, por lo que la ermita, la casa del ermitaño y demás dependencias anexas estarían, en esa epoca de espledor, correctamente cuidadas y adecentadas.
Contaba la ermita con un retablo, con toda probabilidad barroco de principios del XVII, como los que existían en las iglesias de San Martín y Navalmoral de Pusa, y dispusieron en la cofradía contratar su reparación.
Para ello, el mayordomo de la ermita se dispuso a contratar los servicios de un dorador y estofador, por lo que redactaron un contrato de encargo de los trabajos. Es un documento muy interesante, primeramente nos confirma la existencia del retablo, en segundo lugar nos muestra que la ermita tenía una presencia importante en la religiosidad de Valdepusa al albergar obras de cierto valor en su interior.
El documento dice así:
«En la billa de San Martín de Baldepusa a nueve de julio de mil seiszientos setenta y seis años ante mí el escribano público y testigos parezieron de la una parte Françisco Garçía del Valle, mayordomo de la hermita de Nuestra Señora de la Bienbenida, y de la otra Juan de Soria, vezino de la billa de Talabera, dorador y estofador, y dijeron que se an conbenido y conzertado en que el dicho Juan de Soria se obliga a que para el día de todos los santos deste año dará dorado y estofado según el arte lo requiere el retablo que de madera está hecho en la dicha hermita en que está la imagen de Nuestra Señora y la caxa donde está su —- toda la jamba dorada y con unas zarzetas en los quarterones con los atributos de Nuestra Señora pintados y el respaldo de la caxa un brocado con arcachofas de oro y plata todo ello a vista de bedores del dicho arte. Y si se trujera a esta billa el dicho retablo el traerle a de ser por quenta de la hermita y el bolberle de la misma manera. Y si se descompusiera a de ser por quenta del dicho Juan de Soria el [bol]verle a componer y dejarle asentado en toda forma todo ello por presçio y quantía de dos mil ducados de bellón pagados los mil ducados de contado de que se otorga por contento? y entregado a su boluntad y los mil restantes como baya trabajando en la obra. Y por parte de la cofradía se le a de dar posada y dos camas sin pagar por ello cosa alguna ni a quien le aderçe la comida.»
Documento de encargo de trabajo. Transcrito de forma literal por Doña Pilar Díaz.
El artesano encargado para ello fue Juan de Soria, otro dato importante para resaltar el poder económico de la cofradía, pues el tal Juan de Soria en 1688 realizó un contrato para la relización de un retablo en la ermita de Nuestra Señora del Prado de Talavera, antes en 1670, había participado como dorador en el retablo de Nuestra Señora del Rosario de Garciotúm, por lo que era un dorador «afamado» en Talavera y en los pueblos de la Sierra de San Vicente, pues en 1713 también participa en el retablo de la iglesia del Real de San Vicente.
Para hacernos una idea del coste de los trabajos en la Bienvenida, que fueron de 2.000 ducados, y todo el retablo de la ermita de Nuestra Señora del Prado fueron 23.000.
El dorado y estofado era una técnica cara, pues en el dorado se utilizaban finísimas placa de oro y plata a las que encima se realizaba el estofado que resaltaba motivos decorativos como; hojas, racimos, ropas, etc.
En este video se muestran las dos técnicas:

Desconocemos que sería del retablo en cuestión en el siglo siguiente a su reparación, pues fue eso, algo más de un siglo, hasta finales del XVIII, el tiempo que siguió la ermita dando cabida a la cofradía y celebrando su festividad, en cambio si sabemos lo que ocurrió con el templo, que las ruinas que aún existían de la antigua ermita románica del siglo XIII fueron demolidas a mediados del siglo XX, haciendo desaparecer una de las pocas ermitas románicas de la comarca. Una verdadera pena.
AGRADECIMIENTO: Este artículo ha sido posible gracias a Don Luis Bartolomé y Doña Pilar Díaz, investigadores y buenos conocedores de Valdepusa, quienes me facilitaron la transcripción del documento inédito sobre la reforma del antiguo retablo de la ermita de Ntra. Sra. de la Bienvenida.
FUENTES: Díaz Fernández, A.J. Un retablo barroco para la ermita de Ntra. Sra. del Prado de Talavera de la Reina. Cuaderna, 6/1995 n°5.