No podemos decir que nuestro territorio haya sido agraciado históricamente con grandes proyectos, principalmente de infraestructuras, que en el devenir del tiempo hubiera mejorado la forma de vida de sus habitantes y cambiado la historia.
Es un hecho que las comarcas al sur del Tajo siempre han estado menos favorecidas en atenciones e inversiones, posiblemente porque las principales calzadas y caminos reales discurriendo al norte del Tajo, desde Toledo y más tarde Madrid a Talavera, Guadalupe, Merida, etc.
Sin embargo si existieron, a lo largo de los siglos, proyectos de iniciativa feudal, religiosa, industrial o incluso nacional que desgraciadamente no llegaron a fraguar, y fueron oportunidades perdidas para los pueblos de Valdepusa.
Veamos algunos de estos proyectos desde el siglo XV hasta nuestros días.
Siglo XV. Puente sobre el Tajo en Malpica.

Sabido es que hasta finales del siglo XIX el Tajo a su paso por Malpica se realizaba en una barca, la cual transportaba personas, animales y mercancía de una otra orilla, si bien esto hubiera cambiado y revitalizado el comercio del señorío de Malpica y Valdepusa, si se hubiera llevado a efecto la construcción de un puente como se acordó en Valladolid el 8 de octubre de 1417, entre el Real Consejo de la Mesta y el señor de Valdepusa, Parafán de Ribera, para el tránsito de los ganados merinos, como parte de los acuerdos de dejar libre de las ordenanzas de la Mesta a la Dehesa de Valdepusa.
El proyecto no se llevó efecto debido a la presión de la señora de Montalbán, doña Leonor de Albuquerque, a la sazón esposa del primer rey de la casa Trastámara en Aragón, Fernando de Antequera, pues chocaba con sus intereses sobre el puente de Montalbán.
No desistieron los señores de Valdepusa, y Payo de Ribera, hijo de Parafán volvió a intentar llevar a cabo su construcción, según escritura de 1447 y cartas de 1455 y 1456, sin embargo e febrero de 1457 se realizaron las cartas pueblas para la repoblación de El Pozuelo y Navalmoral, y lo del puente quedó el olvido.
Tuvieron que pasar más de cuatro siglos, para que en 1887 se adjudicara la construcción del puente sobre el Tajo en Malpica.
Siglo XVI. El convento de franciscanos.
Corría el año 1546 cuando el Papa Pablo otorga un concesión par que se pueda fundar un convento de Mínimos, ésta Orden fue fundada por San Francisco de Pádua, quien la llamó así por la vida tan austera por la que se regían.
Lógicamente el convento no llegó a fundarse, aunque en la idea de la concesión papal par el mismo debió rondar la cabeza de los señores feudales durante décadas, y así en 1599 el Papa Clemente VIII concede al primer marqués de Malpica que se pueda beneficiar de ciertas fanegas de trigo para la fundación de un convento de franciscanos en Malpica, sin embargo, éste nuevo intento de dotar a Valdepusa de un convento duró varios años y existió cierta controversia sobre su ubicación, pues en 1605 dentro de las mandas del testamento de Miguel de Belorado hay una que hace referencia al convento, que dice:
“Que como en la villa (se refiere a San Martín) se está tratando de hacer un
monasterio de frailes franciscanos, si llegara a hacerse, se dote a los frailes de
hábitos, capas “y lo demás” a criterio del padre guardián”.
De haberse construido el convento, posiblemente hoy Malpica o San Martín tendrían un edificio histórico más, y el convento habría contribuido culturalmente en la vida de los pueblos.
Siglo XVII. La mina de plata.
En San Martín existe un camino que se llama el Camino de la Mina, lógicamente debió ser el acceso por el que se accedía a la mina de plata que por una concesión que obtuvieron Juan Rincón de Contreras y Juan Fernández de Carmena en 1686. Lo más probable es que la mina no fuera rentable y más teniendo en cuenta el macizo granítico existente en la denominada Peña del Cuervo, lo cierto es que hoy en día no existe bocamina, no excavación que pueda determinar donde se realizaron las prospecciones de la misma.

Desde finales el siglo XVI, nadie se volvió a interesar por las posibilidad de rentabilizar el yacimiento de plata que dio lugar a la concesión.
Siglo XVIII. El molino o batán del Navajatas.
En el siglo XVIII, un administrador del marqués de Malpica, apellidado Humaran estudió un proyecto hidráulico en pleno centro de la villa de San Martín de Pusa, sobre el cauce del arroyo Navajatas, la construcción de una presa con un salto de agua, el cual se utilizaría, bien para mover un molino harinero o para un batán.
Lo que llama la atención de este proyecto es la ubicación del salto, don Fermín Caballero define que se pretendía llevar a cabo en el denominado “Palomar” entre el Chorrito del palacio y la Chorrera, prácticamente la parte del jardín del palacio que da al arroyo y que coincide con el mayor desnivel del cauce del arroyo. Hubiera sido un buen proyecto para incrementar la industria en la villa, lo más probable es que desechara por el escaso caudal de arroyo y por las largas
temporadas estivales en que permanece seco.

Siglo XIX. El pozo de la nieve.
En el primer cuarto del siglo XIX se comenzó en el cerro de San Antonio de San Martín de Pusa la construcción de un pozo de nieve para su explotación comercial, nunca llegó a finalizarse y el gran agujero que se realizó en aquel momento se mantuvo hasta los años setenta del pasado siglo XX.
Los pozos de nieve eran construcciones cilíndricas revestidas de cantos rodados, donde se acumulaban capas de la nieve caída durante el invierno, entre capa y capa se cubría de paja, después la nieve se vendía como hielo.
Siglo XIX. El ferrocarril.
En plena revolución ferroviaria y de las comunicaciones en el siglo XIX, el desarrollo del ferrocarril también dejó a Valdepusa fuera de sus principales proyectos, sin embargo algunas personas mayores de San Martín de Pusa aún recuerdan como sus padres les indicaban donde se había proyectado una estación de tren.

Se referían al proyecto de la linea de ferrocarril central de la Mancha y la línea de Cinco Casas a Mora. El proyecto del Coronel de Ingenieros D. Antonio Luceño, pretendía unir Alcázar de San Juan con Talavera de la Reina, siendo su recorrido; Herencia en Ciudad Real y Villafranca, Camuñas, Madridejos, Consuegra, Manzaneque, Mora, Orgaz, Sonseca, Cuerva, Menasalbas, Los Navalmorales, San Martín de Pusa, Malpica y Puebla Nueva en Toledo. La concesión se aprobó en Cortes en julio de 1891, al financiero Joaquín Angoloti, antiguo senador y subsecretario de Hacienda, quien formó una sociedad con el proyectista de la obra para llevarla a cabo.
Los pueblos a los que afectaba el trazado ofrecieron los terrenos gratis y el pago de una subvención, consiguiendo además que la obra fuera subvencionada por las Diputaciones de Toledo y Ciudad Real, pero la muerte del concesionario y del
proyectista, y que nadie fuera capaz de seguir con él provocó su abandono. En mayo de 1925, un miembro de la antigua sociedad, Francisco Rivas y un hermano del proyectista, Federico Luceño, solicitan que el proyecto fuera aceptado por el Consejo Superior Ferroviario, como parte de los nuevos ferrocarriles que se pensaban construir, pero quedó nuevamente abandonado.
Este si hubiera sido un proyecto vertebrador del territorio de Valdepusa, y de vital importancia en aquellos años para el desarrollo del territorio.
Siglo XX. El pantano sobre el Pusa.

En el año 1902 se aprobó por el gobierno liberal, del que era ministro de Agricultura, Industria y Obras Públicas José Canalejas, el Primer Plan Hidrológico Nacional, que fomentaba la construcción de pantanos y canales en el interior del país, como respuesta a la deprimente situación del campesinado de la meseta. Más de 200 actuaciones se aprobaron, entre ellas un pantano sobre el río Pusa, 60 metros más arriba del puente de Malpasillo en Santa Ana de Pusa, se aprobó también el estudio geológico para su construcción, pero el pantano jamás se llegó a construir.
El pantano pretendía convertir en regadío 5.200 hectáreas de Pueblanueva y Malpica, aunque el Plan se aprobó en 1902, sus actuaciones continuaron hasta la dictadura de Primo de Rivera, pero el pantano jamás se construyó, de haberse construido, hubiéramos perdido una zona de gran valor paisajístico, pero sin embargo el crecimiento que tuvieron los municipios de Malpica y Pueblanueva a raíz de la implantación del regadío, podría, parte de él haberse adelantado
algunas décadas.
Como decíamos al principio, salvo algunas excepciones, lo cierto es que Valdepusa, como gran parte de la Jara y de Montes de Toledo ha quedado siempre fuera de importantes proyectos, y ahora que otros muchos territorios reclaman deudas históricas en inversiones, aquí lo que ha habido es un olvido histórico del propio territorio, ni siquiera deuda.
FUENTES:
Talavera, A. El Estado de Valdepusa y Malpica. Ediciones ENDE. 2016.
Fernández-Pacheco Sánchez-Gil, C. y Moya García, C. La Política ferroviaria en la dictadura de
Primo de Rivera (1923-1930), muchos proyectos y pocas realizaciones.
Testamento de Miguel González de Belorado, realizado ante el escribano real y público de San Martín de Valdepusa, Juan Álvarez, el 11 de abril de 1605.