Es enero un mes muy festivo, y muchas de esas celebraciones religiosas van unidas a otros ritos de origen profano, quizás uno de los más conocidos y extendidos sea el de “la vaquilla”.
Julio Caro Baroja, decía en su libro Los pueblos de España, que en la zona carpetanovetónica, existe una mascarada muy especial unida a las festividades de principios de año, era la de vestirse de bóvido (vaquilla) un mozo al que acompañaban otros denominados cabestros, el rito consistía en que después de deambular la vaquilla varios días por el pueblo, escenificaban su muerte y luego todos bebían vino simulando su sangre. Esta vaquilla estaba muy asociada hermandades de mozos, principalmente de carácter religioso, que luego próximo al siglo XX fue recogida por los quintos.
Muchos aun recordaréis en San Martín de Pusa, la vaquilla de los quintos, que salía por San Ildefonso, el 23 de enero donde no faltaban las botas de vino como bien decía Caro Baroja para “regar de sangre” a todo el que preciara acercarse. La celebración de la mascarada de la vaquilla duraba hasta San Blas, si bien conocemos por Rómulo Muro que acompañaba a los marraches de San Martín en la procesión de San Sebastián y la subida del Santo a la iglesia, así como la bajada del mismo a la ermita el día 24, el día de Nuestra Señora de la Paz.
No deja de ser curiosa la fecha del traslado de San Sebastián a su ermita, y aunque quizás no tenga ninguna relación, lo cierto es que la implantación de la fiesta de Nuestra Señora de la Paz si tiene ver con Valdepusa, más concretamente con su primer señor, don Diego Gómez de Toledo, alcalde mayor de Toledo.
Como sabemos en 1357 el rey Pedro I dona las tierras de Valdepusa, que eran de tierra de Talavera, a don Diego Gómez de Toledo por sus servicios y con motivo de la victoria en la batalla de Tarazona, años más tarde en 1362 tomaba la mitra toledana el obispo Gómez Manríquez apoyado por Pedro I, tanto don Diego como el obispo le fueron fieles a don Pedro en la guerra que mantenía con su hermanastro Enrique (luego Enrique II), pero como todo en la vida es cuestión de supervivencia, seas señor u obispo, cuando las cosas se pusieron feas para los pedristas, no dudaron de cambiar de bando y arropar al futuro rey Enrique II, y es ahí una vez asesinado Pedro I en Montiel el 22 de marzo de 1369 es encumbrado rey Enrique, es cuando el arzobispo Gómez Manrique conjuntamente con Diego Gómez de Toledo, señor de Valdepusa y alcalde mayor de Toledo crean la cofradía de Nuestra Señor de la Paz, por los favores que al parecer concedió la virgen a Enrique II durante el asedio que pue estema Toledo cuando iba en búsqueda de su hermanastro Pedro.
Establecieron como día de Nuestra Señor de la Paz el 24 de enero, un día después del día de San Ildefonso, uno de los grandes santos toledanos y patrón de la ciudad, para ellos dictan la siguiente orden:
“… y por mayor honra de la fiesta y por traer a los hombres de mayor devoción, ordeno a Toledo que este día no juzguen sus alcaldes, ni otros si ni cristianos, ni moros, ni judíos no abran tiendas ni mercados”.

Así empezaron a crearse diferente cofradías en muchos lugares de Toledo y del resto de España, y poco más de un siglo después el cercano pueblo a Valdepusa, Villarejo de Montalbán, erigía su iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora de la Paz.
Pero la historia del arzobispo Gómez Manrique y del señor de Valdepusa, don Diego Gómez continuó unos años más, y tras la donación de Enrique II de las tierras de Talavera al arzobispado, Gómez Manrique quiso éste volver a recuperar las tierras de Valdepusa nuevamente para Talavera, por aquello de que la donación la había realizado el rey caído, Pedro I, por lo que Diego Gómez tuvo que recurrir al rey Enrique II, quien advirtió al arzobispo y el mismo lo aprobó con esta cláusula el 6 de agosto de 1371:
“Por los términos que se contiene en dicho privilegio; é por cuanto nuestro Sr. El Rey fizo merced a nos é a la nuestra Iglesia de la Ntra. Villa de Talavera é de sus términos; damos vos la justicia é el Señorío del dicho lugar de Valdepusa, Termino que fue de Talavera….. E todo el derecho é señorío, e jurisdicción que nos é los nuestra iglesia, é los Arzobispos que después de nos vinieron habenos en todo esto que dicho es, damos é traspasamos en vos el dicho Diego Gómez, é en los que lo vuestro obieren de heredar…”
Y así es como, Talavera siguió quedándose sin Valdepusa y Valdepusa siguió su camino como señorío histórico.
Hasta aquí dos pequeñas reseñas históricas de festividades invernales y su relación con nuestra tierra.