Las Cofradías en Valdepusa.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, contiene varias definiciones para la palabra “cofradía” , nos vamos a centrar en las dos primera

1. Congregación o hermandad que forman algunos devotos, con autorización competente, para ejercitarse en obras de piedad.

2. Gremio, compañía o unión de gentes para un fin determinado.

 Y son estas dos definiciones la que describen las diversas cofradías que históricamente existieron en Valdepusa, por una parte eran una congregación de fieles unidos a la advocación de un Cristo, Virgen o Santo, principalmente, para hacer obras de caridad, ayudando a los propios cofrades o a los propios vecinos del pueblo, y otra parte las cofradías o hermandades también reunían a diferentes devotos con los mismos intereses, en este caso no gremiales, pero sí económicos, pues en las más importantes eran una forma de «lobbies» donde confluía el poder social y económico del municipio.

Cofradías en Valdepusa a finales del siglo XVIII.

Si vemos la relación de Cofradías, Hermandades y Congregaciones que  mandó hacer el Conde de Aranda por Orden de septiembre de 1770, en la Provincia de Toledo, en lo relativo a los pueblos que componían el Estado de Malpica y Valdepusa, se repiten las advocaciones en algunas de ellas entre los diferentes pueblos, el resumen de dicha relación se recoge en el siguiente cuadro:

Del cuadro anterior podemos diferenciar entre las cofradías que eran penitenciales, es decir aquellas que penitenciaban durante la Semana Santa, las sacramentales o las que sus funciones las realizaban únicamente en la festividad de su advocación. Alguna eran penitenciales y sacramentales, es decir posesionaban y realizaban los oficios en Semana Santa y el Corpus.

Por otra parte, nos llama la atención que no estén en la relación las cofradías de San Sebastián de San Martín, ni la de Malpica, pues es posible que dichas cofradías no estuvieran aun constituidas, aunque la festividad del Santo si se realizara, pues como veremos más adelante la ermita de San Sebastián en San Martín ya existía en el siglo XVI.

También vemos el número de funciones anuales de cada cofradía, siendo la más activa la de la Vera Cruz de San Martín, y los gastos e ingresos de cada una de ellas. Las que más gastaban en cada municipio, no sólo serían las de mayor poder económico y las más numerosas en número de miembros, sino que además sus funciones se llevarían a cabo en las fiestas más principales de cada uno los pueblos. Así en Santa Ana de Pusa, la que más gasto realizaba era la de Santa Ana Patrona, en San Martín y Navalmoral de Pusa donde el Corpus tenía una gran importancia, la Sacramental, en cambio en Malpica, la de Nuestra Señora del Rosario.

Las funciones de las Cofradías eran  variadas a lo largo del año como refleja el cuadro, así por ejemplo los cofrades de la Vera Cruz de San Martín estaban presentes en los oficios del día de Reyes, en Semana Santa, el día del Corpus, el 3 de mayo, día de la Invención de la Santa Cruz y el 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Cruz y el día de la Visitación de Nuestra Señora, el 31 de mayo.

También existía rivalidad entre diferentes cofradías de un mismo municipio, tanto por acaparar el mayor número de cofrades, como por tener en su seno a cofrades con una mayor influencia en la vida social. Así en 1609 la Cofradía del Santísimo Sacramento de San Martín, solicitó al arzobispado la autorización de unas ordenanzas, pues carecían de ellas, a fin de sancionar duramente a aquellos cofrades que abandonaran la cofradía ante el auge que iba teniendo la cofradía de la Vera Cruz, cuyas ordenanzas fundacionales se aprobaron en 1590.

Doña Teresa Enríquez, enterrada en el convento de la Concepción de Torrijos

Las cofradías del Santísimo Sacramento de los pueblos de Valdepusa, debieron fundarse a principios de siglo XVI, a raíz de la gran devoción que hacia la eucaristía y el Santísimo Sacramento promovió doña Teresa Enríquez, señora de Maqueda y Torrijos, quien fundó en 1508 la primera cofradía del Santísimo Sacramento en Torrijos, mediante una bula del Papa Julio II expedida en Roma el 21 de Agosto de 1508, por la cual le otorgaba poderes para fundar cofradías sacramentales bajo su patrocinio. Esta primera cofradía fue el germen del resto de cofradías sacramentales  que rápidamente se extendieron por los reinos de Castilla y Aragón. Teresa Enríquez, fue apodada por el mismo Papa Julio II como “La Loca del Sacramento”. A doña Teresa Enríquez la unían lazos familiares con los señores de Valdepusa, concretamente descendía de una hija de Don Diego Gómez de Toledo, doña Inés de Ayala.

La fiesta del Corpus, es decir de Santísimo Sacramento en San Martín, era una de la fiestas más importantes de la villa, así se deduce de las anotaciones de gastos del Libro de Cuentas del concejo, pues entre 1583 y 1596, son numerosas las anotaciones de gastos para estas fiestas, desde pago de danzantes, tamborileros, cascabeles para los seises, alojamiento y manutención de los frailes que se contrataban para llevar las andas, elaboración de trajes y máscaras, etc., principalmente para danzas y autos sacramentales, por lo que la participación de la cofradía y su relevancia en el concejo de sus miembros, debió ser importante.

Podríamos decir que en el siglo XVI y XVII el Corpus era una de las principales  fiestas de San Martín de Valdepusa, así lo atestigua también la magnífica custodia de su iglesia, donada por los señores de Valdepusa en 1617.  

Antonio de Palomeque la describía así:

 La custodia es Renancentista de estilo Greco Romano, pues representa un templete, está realizada en plata blanca con 5  campanillas doradas, sobre un pedestal de ébano. Se levantan un primer cuerpo en forma de templete sostenido por 4 columnas toscanas, bajo el que se cobija el viril. Éste, es de plata dorada y esta adornado con piedras verdes que asemejan esmeraldas, sigue un segundo cuerpo, mas pequeño con otras 4 columnas, cúpula y cruz. En este templete hay una campanilla dorada.

Entorno al pie de la custodia hay una inscripción que dice:

«Los Marqveses de Malpica Don Francisco de Rivera i Doña Joana Enríquez, mvjer mandaron hacer esta qvstodia í la dieron a la iglesia de St. Martín de Baldepusa, año de 1617.»

Custodia de San Martín de 1617

La custodia mide 0,78 m de alto y 0,19 m de ancho. En un inventario de 1.688 se decía que el peso de la custodia era de 18 libras de plata menos 5 onzas. La misma formo parte de la Exposición Eucarística Nacional en los años 20 del pasado siglo XX que se celebró en Toledo.

El patrimonio de las Cofradías.

El patrimonio de las cofradías se iba incrementando, principalmente por las donaciones en vida de los hermanos cofrades, las sanciones a pagar por incumplimiento de las ordenanzas o estatutos, o las manda testamentarias de éstos. De ahí la importancia que tenía en las cofradías la ascendencia social de sus miembros, principalmente compuestos por artesanos locales, labradores y funcionarios municipales.

Un ejemplo de esas aportaciones testamentarias le tenemos en el testamento de don Miguel González de Belorado redactado el 11 de abril de 1605. Don Miguel de Belorado, quien fue Alcalde Mayor de San Martín durante más de treinta años, en el momento de su muerte era cofrade la de Cofradía de la Vera Cruz, de la que fue fundador, así como de la de Nuestra Señora del Rosario, la manda sobre su entierro dice así:

“Que su entierro lo acompañen las cofradías del Santísimo Sacramento, del Santo Crucifijo, del Rosario y de la Santa Concepción de Nuestra Señora, a las que ha de pagarse lo acostumbrado”

A su vez deja a las cofradías las siguientes cantidades de dinero:

  •       “- 6 ducados a la cofradía del Santísimo Sacramento
  •       – 10 ducados a la cofradía del Santísimo Crucifijo, de la que es cofrade.
  •       – 8 ducados a la cofradía del Santísimo Nombre de Jesús.
  •       – 8 ducados a cada una de las cofradías de Nuestra Señora de la Concepción y de Nuestra               
  •         Señora del Rosario, de las que también es cofrade.
  •       – 2 ducados al hospital de la villa.
  •       – 4 ducados a Nuestra Señora de la Bienvenida.
  •       – 2 ducados a la ermita de San Sebastián y otros 2 a la de La Magdalena.”

También quiere en su testamento beneficiar a la Cofradía de la Vera Cruz, a la que la deja una cruz procesional y unas anda para llevar al Cristo.

Al cabo de los años las cofradías iban acaparando un patrimonio, sobre todo rústico, procedente de donaciones y mandas.

Podemos significar ciertas propiedades de algunas de ellas, y como éstas se vendían o intercambiaban e incluso existían propiedades fuera de los términos de los municipios o de Valdepusa.

Así podemos citar cómo las cofradías de Malpica que poseían un molino aceitero en Malpica y el molino harinero llamado El Campanero en Villarejo de Montalbán con una huerta aledaña, en total las cofradías de Malpica poseían en Villarejo 5 fincas con un total de 45 fanegas, también fueron de las cofradías e iglesia de Malpica los Olivares Viejos, que fueron comprados junto a las Obras Pías de la iglesia por el marqués a finales del siglo XVIII, eran unas 30 fanegas de tierra y unos 400 olivos. La compra se realizó siguiendo los decretos de19 de septiembre de 1798, firmados por Carlos IV sobre la desamortización, el comprador en subasta ingresaba el dinero en el tesoro público, el rey hacía caja ante el desastre de tesorería que tenía el reino y pagaba un interés del 3% a los «obligados vendedores»:

“(…) la enajenación de bienes raíces pertenecientes a Hospitales, Hospicios, Casas de Misericordia, de Reclusión y de Expósitos, cofradías, Memorias, Obras Pías y Patronatos de Legos, poniéndose los productos de estas ventas, así como los capitales de censos que se redimieren, pertenecientes a estos establecimientos y fundaciones, en mi Real Caja de Amortización bajo el interés anual del 3 por 100″

De esta forma el marqués de Malpica seguía acaparando aquellos terrenos ajenos que tenían próximos o dentro de sus posesiones.

La cofradía de Nuestra Señora de Bernuy poseía próximo a la ermita un terreno con seis olivas, por su parte la de Nuestra Señora de la Bienvenida poseía una vacada, llamada la «Santa Vacada» que campaba a sus anchas por los quintos altos de la dehesa; Encinamocha, La Solana o Macarro, la citada vacada fue vendida en 1797. En Las Viñas de San Martín existe un pago llamado «Las Cofradías» por haber pertenecido a ellas, también en San Martín al lado del camino del camino de Toledo existen varias parcelas llamadas «El pedazo de la Iglesia», por haber pertenecido a la cofradía de Ntra. Sra. de la Bienvenida, anteriormente se denominaba «Barrera de la Bienvenida».

Como curiosidad la ermita de la Bienvenida poseía una tierra en la Mata Lobos, próxima a los Búhos de 24 fanegas, la cual hábilmente fue permutada en 1770 por otra en Cascaperros (una zona próxima a la antigua ermita de San Sebastián), más cercana al pueblo y con ello más fácil de arrendar y se da la circunstancia que esta nueva tierra lindaba «al abrego con tierras de las cofradías y obras pías de la villa de Malpica».

Las sucesivas desamortizaciones acabaron no solo con las propiedades de las cofradías, sino también con algunas de ellas o lo que es aún más triste con edificios, como por ejemplo en San Martín desaparecieron las ermitas de San Antonio y lo Mártires a finales del siglo XVIII y la ermita de Ntra. Sra. de la Bienvenida en el siglo XIX.

Anuncio de la subasta de las tierras de cofradías y memorias de San Martín de Pusa

Las cofradías se tuvieron que adaptar a los tiempo, haciéndose más abiertas, refundándose o realizando nuevas ordenanzas y estatutos, algunas pasaron a llamarse hermandades, y quedaron con una función exclusivamente religiosa y de fidelidad a una advocación.

Independientemente de sus acciones más lucrativas, lo cierto es que las cofradías, durante siglos, también asumieron una labor social dentro de la comunidad, que daría para otro estudio.

FUENTES:

.- Expediente de remisión de Alberto de Suelves, intendente de la provincia de Toledo al conde de Aranda del estado de las congregaciones, cofradías y hermandades que hay en los pueblos de dicha jurisdicción. ARCHIVO HISTORICO NACIONAL. ES.28079.AHN//CONSEJOS,7098,Exp.26

.- Presentación de Ordenanzas de la Cofradía del Stmo. Sacramento de 1609.. ARCHIVO DIOCESANO ARZOBISPADO DE TOLEDO.

.- Testamento de Don Miguel González de Belorado, otorgado el 11 de abril de 1605 ante el escribano Juan Álvarez. ARCHIVO HISTORICO PROVINCIAL DE TOLEDO.

.- LIbro de Cuentas del Concejo de San Martín de Valdepusa 1583-1596.

.- Catastro de Ensenada de Villarejo de Montalbán 1751. ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE TOLEDO.

.- Ermita de Nuestra Señora de la Bienvenida. Sobre una tierra posesión de la ermita. 1770. ARCHIVO DIOCESANO ARZOBISPADO DE TOLEDO.

.- Talavera, A. El Estado de Valdepusa y Malpica. Ediciones ENDE. 2016

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