Libro de Cuentas 1582-1596. Cap. II «Las Infraestructuras»

Continuamos con un nuevo artículo sobre los gastos contenidos en el Libro de Cuentas del Concejo de San Martín de Valdepusa (1582-1596), esta vez referido a las inversiones que se realizaban en infraestructuras y las mejoras de los establecimientos municipales.

Teniendo en cuenta que en el Antiguo Régimen las villas gestionaban prácticamente todos los servicios que necesitaba el municipio, las mejoras en infraestructuras eran partidas importantes, además muchas de ellas iban encaminadas a paliar otras necesidades, como por ejemplo, los sanitarios o los de la alimentación de la población.

Distribuimos las infraestructuras por secciones, para una mejor descripción.

El agua.

El agua como un bien esencial tanto para las personas y los animales era uno de los principales problemas del Concejo, teniendo en cuenta que gran parte de la población bebía de los pozos y fuentes pública era necesario mantener estas infraestructuras en las mejores condiciones posible, toda vez que en la época del Libro de Cuentas eran mucha las epidemias que tenía que soportar la población, como la peste negra, el sarampión, la viruela o la difteria, un agua en malas condiciones era el elemento que favorecía su transmisión.

Por ello se “aderezaban” y “mondaban” pozos, es decir se limpiaban, aunque también hay algún apunte para ahondar los pozos, provocado por las sequías y que también están reflejadas en el Libro de Cuantas con apuntes relacionados con las diferentes rogativas que se hacían. Estos son los gastos relacionados con el agua:

. 229 reales a Francisco Hernández y a Andrés de Olmedo por ahondar el Pozo Nuevo. (Cuenta de 1584).
.- Se descargan 146 maravedís que se gastaron en mondar los pozos del concejo por libranza de Juan Sánchez Pulido (Cuenta de 1585).
.- 15 reales que pago a Andrés de Olmedo y Juan Corral de mondar los pozos de esta villa y 4 a Izquierdo de aderezar un tajo y unos adobes para la fragua (Cuenta de 1584)
.- 1.830 maravedís a Juan de Çuaçola cantero, de la piedra que hizo para el pozo del concejo el año 83. (Cuenta de 1583)
.- 9 reales por mondar los pozos (Cuenta de 1589).
.- Juan Sánchez Pulid paga a Miguel Rodríguez a Alonso de Espinoso y Gerónimo Gutiérrez de mondar los dos pozos y la fuente (Cuenta de 1594).

Como vemos se mencionan pozos y fuentes , pero únicamente se nombra al Pozo Nuevo, sin embargo en esa época debieron existir varios pozos y fuente públicas, más teniendo en cuenta que en 1553 el señor feudal compra la fuente de la plaza y “se queda” con todo el agua que venía canalizada desde Valdelpozo para los usos de su casa palacio. Posiblemente algunas de las fuentes públicas fuera la Fuente del Cazo en el Molinillo y algunos de los pozos podrían ser el pozo de la ermita de Cristo, es decir; el Pozuelo, pues en es época es posible que no estuviera aun integrado en el conjunto de la ermita y el denominado Pozarancón, el pozo sobre el que más tarde se instaló la bomba que existía al lado del puente y que servía para dar agua a las caballerías.

Edificios del Concejo.

Otras cantidades importantes de las infraestructuras iban destinadas al mantenimiento de los edificios del Concejo. Estos edificios prestaban diferentes servicios a los vecinos, como era la fragua, la carnicería, la audiencia, el corral del Concejo, etc., normalmente eran sacados a subasta por el Concejo para su explotación, pero siempre con la supervisión del mismo. Aquí tenemos su relación:

Varios gastos por la puerta de la fragua (Cuenta de 1589)

12 reales para aderezar la tienda de la plaza, que es del concejo, para tener el pan en ella (Cuenta de 1589)

866 mrs. en aderezar la cárcel (Cuenta de 1589)

Por libranza de Miguel de Velorado alcalde mayor, 65 maravedís en aderezar la calahorra donde se había de dar el pan como consta por carta de pago de Juan de la Sierra (Cuenta de 1590)

175 mrs. en aderezar la Calahorra donde se había de dar el pan. (Cuenta de 1590)

22 reales que se dieron a Martín Gutiérrez de aderezar la hornacha de la fragua.
A Domingo Serrano 19 ducados de blanquear la pieza de la calahorra (Cuenta de 1594).

Se pagó a Andrés López por acabar la obra de la audiencia y por 1.000 ladrillos (Cuenta de 1593).

14 reales y 3 cuartillos que gastó el alcalde mayor en Toledo en comprar un peso nuevo “con sus balanzas, y corregido por el contraste, para patrón de los pesos de esta villa y su tierra”. (Cuenta de 1594).

A Diego Martín, regidor, 9 reales de unas tapias que se hicieron al corral del concejo (Cuenta de 1596)

24 reales en un peso de garfios para la carnicería (Es decir una romana) (Cuenta de 1595)

A Juan García por traer dos tajones para la fragua del concejo (Tajones eran dos troncos de madera apoyados en tres patas).

De estos gastos destacan la construcción de la audiencia que llevaban más de año en ello, la importancia que se daba a la fragua por ser imprescindible para los quehaceres de la labranza y a la calahorra donde acudían los más necesitados a por pan, pues no todos los vecinos podían disponer de un horno y harina para hacerlo en su casa. También cabe resaltar el gasto en comprar un peso nuevo que sirviera de “patrón de los pesos de villa y tierra”, pues el Concejo tenía potestad sobre pesos y medidas, y garantizaba a los vecinos lo justo de los pesos de los establecimientos de los vendedores.

Plazas, calles y caminos.

Las infraestructuras viarias también ocupaban un apartado importante, teniendo en cuenta que en el periodo del Libro de Cuentas se continuaba con la construcción de la iglesia, se ampliaba la audiencia y la cárcel, por lo que se estaba estableciendo parte de la configuración urbanística que hoy conocemos de la villa. A tal fin se empedraron algunas calles, se realizó la Plaza de la Iglesia y se remató la calle Real.

En cuanto a los caminos observamos que había una conservación de los mismos, la mayoría de las veces por los daños ocasionados por las lluvias. En los siguientes apuntes vemos reflejadas esas mejoras:

8 reales que se pagó a Villalta y Juan […] de aderezar un barranco al quejigar camino del ejido (Cuenta de 1584).

70 reales a Alonso de Ávila, vecino de Santa Ana, por empedrar la calle que va de la plaza a San Sebastián (Cuenta de 1584)

661 mrs. por unas cruces de madera para los caminos que salen de la villa (Cuenta de 1584)

Gasto en empedrar la calle que va desde la carnicería a la iglesia (Cuenta de 1585).

A Juan Gómez, vecino de esta villa 238 maravedís de aderezar el camino de Las Cuevas y un barranco que se hizo. (Cuenta de 1588).

Libranza de Juan Sánchez Pulido y Agustín Gaytán de 17 reales y 332 maravedís de aderezar los caminos de esta villa que por los temporales de las aguas se habían dañado y distruido de manera que no se podía andar por ellos si no se adobaban (Cuenta de 1591)

12 reales y medio se pagaron a Andrés López, alcalde por aderezar el camino de Nuestra Señora de la Bienvenida cuando se tuvo que llevar la imagen a la villa. (Cuenta de 1593)

40 reales a la de Bartolomé del Cerro por un trozo de corral que se le tomó para la calle Real por deshacer un rincón (Cuenta de 1595)

60 ducados en una casa y patio que se compraron a María de Espinoso viuda. Una parte para hacer plaza para la iglesia y la otra para vender al Concejo. (Cuenta de 1595).

Destacamos de los mismos el arreglo de los caminos, algunos de los cuales hoy en día siguen teniendo daños, cuando hay grandes temporales, como el de Las Cuevas y como se limpió el camino de la Bienvenida con motivo de traer la virgen a la villa para hacer rogativas por la sequía.

Se empedraron dos de las calles principales, uno de los motivos de empedrar las calles era preventivo contra las enfermedades, para que corrieran mejor las aguar y no quedaban charcos ni barros que pudieran dar lugar a contagio de enfermedades.

La calle que iba desde las carnicerías a la iglesia es la denominada hoy calle Empedrada, toda vez que las carnicerías se encontraban en la plaza de las Verduras, frente al actual pilón. Además según un documento del siglo XVIII los soportales de la carnicería era el sitio donde se realizaban las subastas públicas por la justicia de la villa.

Terminamos diciendo, que hace cuatro siglos, al igual que hoy, las infraestructuras eran necesarias para el desarrollo de cualquier pueblo y si observamos no difieren mucho esas las necesidades del siglo XVI de las de ahora centradas principalmente en el agua, los servicios públicos y la mejora de los viales y las comunicaciones como en aquella época eran los caminos.

FUENTES:

. LIBRO DE CUENTAS DEL CONCEJO DE SAN MARTIN DE VALDEPUSA (1582-1596). Agradecimiento a Luis Bartolomé Marcos y a María Pilar Díaz García por haberme facilitado una copia del citado libro.

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