Libro de Cuentas 1582-1596. Cap. III «Sanidad, Educación y Asistencia Social»

La sanidad, la educación y la asistencia social son tres pilares fundamentales sobre los que se sustenta el desarrollo de una sociedad.

Podemos decir que en San Martín de finales del siglo XVI la responsabilidad de esos pilares recaía casi en su totalidad en el Concejo. Las villas tenían tal autonomía de gestión que asumían estos y otros muchos servicios. A continuación vamos a ir viendo como se prestaban estos servicios en la villa de San Martín de Valdepusa.

La Sanidad.

En la sanidad los principales gastos eran los del médico, principalmente los salarios. Sin embargo cuando por diversos motivos se quedaban sin médico, como pasó en 1584, había gastos extraordinarios ocasionados por la búsqueda de facultativos, pues se enviaban emisarios a convencerles para que se trasladaran a una villa donde podrían conseguir mejores emolumentos.

En esa época al ser San Martín la villa el médico residía en ella, pero también prestaba asistencia a los enfermos de Navalmoral y Santa Ana.

Una parte del salario lo pagaba el Concejo y otra los vecinos, que era conocido como “el reparto”. En los años del Libro de Cuentas, tenemos constancia de los siguientes facultativos que pasaron por la villa: el licenciado Castillo, el licenciado Medrano, el licenciado Maldonado y el licenciado Ramírez.

Dentro de los gastos en salarios y otros gastos menores relacionados con la asistencia sanitaria constan las siguientes anotaciones:

Gasto que se hizo en el salario del licenciado Castillo, médico de la villa, repartido entre los vecinos. (Cuenta de 1582).

Diego Ortiz vecino de esta villa paga al licenciado Castillo médico de esta villa del salario de un año 56 mil maravedís que cumplió el día 3 de agosto del año pasado de 1582.

Juan Sánchez Pulido, Alonso Díaz, Miguel Tufiño, Juan Fernández, Agustín Gaytán, repartidores de padrones que se hizo para pagar el salario del médico.

Listado de personas que tenían que ver con el salario del médico y otros conceptos. 70.209 mrs. se gastaron en el salario del licenciado Juan Ramírez, médico. Repartidos. (Cuenta de 1595)

75.004 mrs se gastaron en el salario del licenciado Medrano, médico

Pero para el Concejo los médicos también ocasionaban más de un quebradero de cabeza, incluso pleitos «post morten«, como el que mantuvo el Concejo con la viuda del licenciado Ramírez por los salarios atrasados según los siguientes apuntes:

8.000 mrs. a doña Mencía Suárez, viuda del licenciado Ramírez que fue médico de la villa, y que se le debían del tiempo que sirvió en ella.

Gastos en el pleito que se trató con doña Mencía Suárez, viuda del licenciado Juan Ramírez, médico, sobre el salario de éste.

Como dijimos en 1584 la villa se quedó sin médico, lo que ocasionó una serie de gastos al Concejo, entre ellos los de los emisarios que fueron mandados por el Concejo a tantear facultativos a sitios tan dispares como Talavera, Jarandilla o Castillo de Bayuela.

Uno de los médicos, el doctor Valle, se acercó hasta San Martín desde Castillo de Bayuela para llegar a un acuerdo o “concierto” y al no haber entendimiento se le tuvieron que abonar cuatro ducados en concepto de gastos.

Al final encontraron médico en el licenciado Medrano. Los gastos recogen lo que tuvo que pagar el Concejo a dos vecinos por el “concierto” y por el transporte de sus enseres hasta la villa.

También hubo un gasto similar en 1588.

Se le descargan 10.606 maravedís que se han gastado en buscar médico para esta villa en agosto y septiembre del 84

Cuatro ducados que se dieron al doctor Valle que vino a esta villa desde el Castil de Bayuela a tratar de concierto y no hubo efectos.

Cuatro reales que se gastaron en darle de comer y 36 reales a Diego Valle, de tres días de ir a Navalmoral al doctor Maldonado.

70 reales a Juan Muñoz de ir a hablar al doctor Vega a Jarandilla y el licenciado Verdugo a Talavera y al doctor Valle a Castil de Bayuela.

1.402 reales que se dieron a Bartolomé Gómez y a Baltasar de concertar al licenciado Medrano que vino por médico a esta villa en el gasto que se hicieron en el camino que fue servido en 17 reales y medio del alquiler de sus cabalgaduras; 58 reales y medio, que se dieron a los carros que trujeron la ropa del médico que es el monto es como constan las libranzas y cuentas que de ello se hizo. (Cuenta de 1584).

Ayuda que se dio al médico para los gastos de su casa cuando se mudó de la Adrada a esta villa. (Cuenta de 1588)

La botica también era cosa del Concejo, se encargaba de los gastos de boticario, así como de su salario.

Francisco Martín, alcalde, 4.216 maravedís que se pagaron a Miguel López y Gabriel Gómez de traer al boticario y botica y toda su ropa y casa movible (Cuenta de 1596).

3.000 mrs. de un año de salario del boticario. (Cuenta de 1596)

Aunque se tratara de una práctica más de curanderismo que sanitaria, una mención aparte requiere los gastos en “saludadores”.

Los saludadores eran personas a las que se les consideraban unos dones especiales por sus circunstancias de nacimiento, por ejemplo: haber nacido con el mantillo o bolsa amniótica o ser el mayor de dos hermanos gemelos.

Se creía estas personas eran capaces de curar a personas y animales con su saliva o su aliento diferentes enfermedades principalmente el mal de la rabia.

De los gastos de estos “saludadores” o curanderos también se hacía cargo el Concejo.

Se descargan por esta libranza de 4 de julio del año 87, 10 reales que se gastaron en un saludador. – 6 reales a Pedro, saludador, que fue a saludar a la villa (Cuenta de 1593).

Por libranza de Juan Sánchez Pulido, 8 reales a un saludador que vino y saludo a la caballada, vacas y porcada del concejo (Cuenta de 1591).

La Educación.

En el siglo XVI el saber leer y escribir estaba prácticamente reservado a la nobleza, el clero, algunos artesanos y a los pecheros con más hacienda.

En las villas existía una enseñanza semipública. Primeramente la contratación del maestro tenía que ser autorizado por el Regidor y en algunos casos por el Concejo, pues se hacía cargo de los gastos de vivienda y de la escuela. En la mayoría de los casos el maestro enseñaba en su propia casa.

Mientras, los padres llegaban a un acuerdo con el maestro sobre la remuneración a pagar, dependiendo lo que quisieran que enseñara a sus hijos. De esta forma las capas más bajas de la sociedad no podrían acceder a la enseñanza y a veces recurrían a familiares para que enseñaran a los niños.

Según los gastos del Libro de Cuentas, el Concejo de San Martín se hacía cargo de los gastos del alquiler de la casa del maestro. En el periodo que comprende el libro, solo aparece un único maestro en la villa.

20 reales se pagaron a Bernardino de Espinoso por la casa en que vivió Alejo de Belasar, maestro que enseña a los niños. (Cuenta de 1588)

Gasto para ayuda al alquiler de una casa a Alejo de Belesar, maestro de niños que les enseña a leer.(Cuenta de 1595)

La Asistencia Social.

La asistencia social en el siglo XVI estaba generalmente en manos de instituciones relacionadas con la Iglesia. Por ejemplo el hospital para pobres que fundó el Maestrescuela de la Catedral de Toledo, Francisco Álvarez de Toledo y Zapata, tendría como patrón al párroco de la iglesia.

Por otra parte, el cuidado de enfermos si pertenecían a alguna cofradía, correspondía a los hermanos cofrades, así mismo debían ayudar a los hermanos más pobres.

La fundación de memorias o mandas para pobres, generalmente el patronazgo de las mismas recaían en presbíteros locales o párrocos de una determinada iglesia.

En cuanto al las limosnas para pobres muchas provenían de las mandas testamentarias, en las que se “mandaba” dar una cantidad a los pobres de la localidad por acompañar al finado en el entierro.

En San Martín de Valdepusa, por una parte vemos la colaboración civil y religiosa relacionado con la entrega de alimentos en las festividades religiosas a los pobres.

El Concejo corría con los gastos del pan, el queso y el vino que se entregaba a los pobres. En algunos sitios como en Palencia se sigue conservando la tradición de dar pan y queso en ciertas festividades, allí es por San Toribio y hoy en día se obsequia a todos los presentes.

Los siguientes apuntes corresponden a gastos del Concejo en dar pan y queso a los pobres durante las festividades.

391 mrs. en la fiesta de San Martín que se celebra cada año: en la misa y vísperas; en lo que se pagó a Juan Muñoz de la Torre, mayordomo de la iglesia, por la cera y el incienso; en vino, pan y queso, con consentimiento del pueblo, para dar de comer a los pobres en la procesión que hicieron el último día de Pascua Florida. (Cuenta de 1594)

Gasto en vino, pan y queso (ídem que lo anterior, pero al margen una anotación dice: procesión de la Magdalena). (Cuenta de 1594) 16 reales y medio que se gastaron en queso y otras cosas para los pobres en la procesión que se hizo a la Madalena a la Pascua Florida de este dicho año (Cuenta de 1595).

964 maravedís que gasto el dicho mayordomo en 3 arrobas y medias de vino y 124 libras de pan y media arroba de queso, por consentimiento y voluntad del pueblo, en dar de comer a los pobres en las procesiones en el postrero día de Pascua Florida, y la procesión de la Magdalena, de boto de todos los vecinos.

Gasto en queso y otras cosas para los pobres en la procesión que se hizo a la Magdalena la Pascua Florida. (Cuenta de 1595)

En el Libro de Cuentas existen tres apuntes que indican cierta conciencia social en el Concejo. Uno es el pago de un reparto del servicio de médico a una viuda por ser pobre y el segundo y tercero corresponden a que el Concejo sustentaba la crianza de una niña que dejaron abandonada a la puerta de la iglesia. También en la anotación contable aparece que el señor de Valdepusa dio cuarenta reales para ayuda a la crianza de la niña. Estos son los apuntes.

18 mrs. del servicio que se repartió a la viuda de Diego Gómez, que por ser muy pobre no lo pudo pagar al cogedor. (Cuenta de 1583).

8 reales se pagaron a Alonso Gómez de Escalonilla por criar una niña que echaron a la puerta de la iglesia (por seis meses que pasaron desde el 25 de mayo de 1595), Y más 40 reales que dio don Pedro de su cilla. (Cuenta de 1595)

4420 mrs, se pagaron a Alonso Gómez por criar a la niña que cría el concejo, a razón de 12 reales al mes.

Como hemos visto, en este y otros capítulos se como era la vida municipal en el siglo XVI, sus necesidades y desvelos nos difieren mucho de las nuestras, toda vez que lo que somos ahora individualmente, colectiva e institucionalmente viene tras siglos de historia que ha ido arrastrando esas necesidades y desvelos, pues las reivindicaciones en sanidad, educación o asistencia social de hoy no surgen por generación espontánea, si no que es el resultado de una cocción de siglos.

FUENTES:

. LIBRO DE CUENTAS DEL CONCEJO DE SAN MARTIN DE VALDEPUSA (1582-1596). Agradecimiento a Luis Bartolomé Marcos y a María Pilar Díaz García por haberme facilitado una copia del citado libro

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